En esta entrevista nos adentramos en Nombrar el cuerpo, un libro que atraviesa géneros, fronteras y experiencias con una voz profundamente personal y colectiva a la vez. La autora, María Mínguez Arias, nos invita a recorrer un mapa lingüístico y emocional donde el cuerpo —femenino, queer, migrante y materno— se convierte en territorio de resistencia, reconstrucción e identidad. A través del humor, la memoria y la hibridez literaria, su obra abre un diálogo con una tradición feminista que va desde Audre Lorde hasta Our Bodies, Ourselves, y plantea nuevas conversaciones para las generaciones futuras.
– NATA NAPOLITANO
Güau, el pride and joy de poder conversar con la revista Suburbano sobre memoria, lenguaje, liberación y el proceso de escritura de Nombrar el cuerpo (Editorial Egales/España; El BeiSmAn Press/USA; 2022) que, por cierto, ¡sale publicada en inglés el año que viene por Mouthfeel Press con traducción de Robin Myers y bajo el título de Naming the Body: A Queer Woman’s Restorative Mapping of the Self!
Con la misma clarísima mirada lectora que ya utilizó para ecribir la reseña de Nombrar el cuerpo, Nata Napolitano disecciona con cinco preguntas mi escritura del libro. Os invito a leer aquí. Esta entrevista os va a encantar.
“Hay libros que iluminan, otros que acompañan, y algunos que directamente sostienen. Nombrar el cuerpo pertenece a esta última categoría. Su lectura deja la sensación de estar frente a una escritura que no se ofrece desde la distancia, sino desde la carne, como un mapa abierto que invita a pensar nuestros propios cuerpos: lo que hemos callado, lo que hemos aprendido a ocultar, lo que podemos empezar a decir.”
NATA NAPOLITANO
Mi corazón tiene una reserva de crítica y crónicas escritas por escritoras melómanas o deportistas y periodistas musicales o deportivos, llamémosla literatosfera de todo lo musical y deportivo. En esos textos la planitud que muchas veces encontramos en la crítica o la crónica literaria se ve sobrepasada por el entramado de conexiones planteadas por la persona firmante; por el complejo contexto social y/o mundo interior en el que bucea la obra musical o por el drama y/o la épica que rodea al evento deportivo.
Todo esto para decir que no me extraña nada que Nata Napolitano escriba crónicas musicales para la revista Suburbano. Aquí comparto la reseña al completo. Tal vez os emocione tanto como a mí:
Nombrar el cuerpo (El BeiSMan Press, 2022), de María Mínguez Arias se despliega como un híbrido de memorias, ensayos, poemas y confesiones. No hay un género único que lo contenga porque lo que late en sus páginas es, justamente, la voluntad de no encajar, de salirse de los moldes —literarios, políticos y corporales— que históricamente han intentado disciplinar a las mujeres y, en particular, a las mujeres queer.
Una escritura encarnada
Desde el primer capítulo, donde relata un desmayo en su propia casa rodeada de bomberos, Mínguez Arias deja claro que la experiencia corporal no es una metáfora sino un territorio político y vital. Los síncopes, las caídas, la maternidad, el dolor menstrual, la enfermedad, el temblor esencial heredado: todo se convierte en materia narrativa. La autora convierte lo clínico en poético y lo íntimo en un registro de resistencia.
“Lo que no se nombra, no existe”, recuerda en un pasaje. Y su libro se vuelve, así, un ejercicio radical de nombrar para existir, para reclamar un espacio propio en el lenguaje y en el mundo.
Feminismo de la piel y la memoria
Nombrar el cuerpo dialoga con la tradición feminista de Audre Lorde y de textos como Our Bodies, Ourselves. Pero lo hace desde una voz muy singular: la de una migrante queer que cruza territorios lingüísticos y geográficos. La escritura oscila entre el castellano y el inglés, entre España y California, entre la experiencia personal y el registro colectivo.
La autora no evade la rabia frente a la violencia patriarcal, pero tampoco se instala en ella como única respuesta. Sus páginas están llenas de humor, de ironía, de ternura hacia sus hijes y su pareja, de solidaridad con otras mujeres. El cuerpo se nombra como herida, pero también como risa y complicidad.
Hibridaciones necesarias
El libro se presenta como un mosaico de géneros: poemas breves que intercalan voces ajenas, ensayos que diseccionan episodios de abuso, fragmentos casi de diario íntimo. Esa mezcla, lejos de dispersar, construye un efecto coral, como si el cuerpo narrado fuera también la suma de otros cuerpos, pasados y presentes, familiares y políticos.
El capítulo sobre la Padrísima Trinidad —esa constelación de figuras masculinas que han intentado regir la vida de las mujeres— se lee con la fuerza de una denuncia, pero también con la lucidez de quien reconoce las fisuras y los aprendizajes que deja el enfrentarse a ellas.
Un libro que sostiene
Hay libros que iluminan, otros que acompañan, y algunos que directamente sostienen. Nombrar el cuerpo pertenece a esta última categoría. Su lectura deja la sensación de estar frente a una escritura que no se ofrece desde la distancia, sino desde la carne, como un mapa abierto que invita a pensar nuestros propios cuerpos: lo que hemos callado, lo que hemos aprendido a ocultar, lo que podemos empezar a decir.
“Mi escritura se ubica en ese centro gravitacional donde convergen… mis identidades de migrante, de mujer queer, de madre y de ocupante de un cuerpo doliente”, declara Mínguez Arias en un momento del libro. Esa declaración no es un epílogo, sino una invitación: a habitar, con todas sus contradicciones, el cuerpo que somos.
“Naming the Body: A Queer Woman’s Restorative Mapping of the Self” forthcoming Pride 2026
When you sign your first contract in English because the translation of your essay collection “Nombrar el cuerpo” (Editorial Egales/España; ElBeiSmAn PrESs/USA), named among the Best Queer Lit of the Year in Spain, just found a welcoming family and home in the United States of Trump.
NAMING THE BODY: A QUEER WOMAN’S RESTORATIVE MAPPING OF THE SELF will be published by Mouthfeel Press in 2026 as translated by Robin Myers. It means a lot to me that Robin was able to capture the narrator’s voice so meaninfully, and that my English speaking family, friends and community now will be able to access my work.
Graciasss Robin for your beautiful translation y a mi tocaya María Miranda Maloney for openning her publishing doors to us. 🙏🏼
Naming the Body arrives at a time when women’s reproductive rights, and all that is queer and inmigrant is under threat. It does take a village to be able to live and write with dignity, and today I am a little bit more hopeful porque, obviamente, ¡nos tenemos!
Hispanófila, la revista académica de la Universidad de North Carolina en Chapel Hill para todo lo cultural y literario relacionado con las lenguas romances, dedicó su número 200 al completo a El New Latino Boom. Doscientas cuarenta y cinco páginas editadas por Oswaldo Estrada y Naida Saavedra con artículos y reseñas académicas que ponen el foco sobre la escritura en español de Estados Unidos en este primer cuarto de siglo.
Y yo aquí, leyendo, anotando, desmenuzando lo que significa y representa escribir en español de Estados Unidos. No hay nada como las académicas para acceder a nuevas y propositivas lecturas e interpretaciones de tu propio trabajo y de lo que estamos haciendo desde aquí las locas que escribimos en español a pesar de… todo.
En “Habitar el espacio: historias y crónicas del dislocamiento en el New Latino Boom”, Mayra Fortes González aborda las cuestiones de migración e identidad, del abandono del espacio que se habita y de los procesos de negociación de las identidades en movimiento en las crónicas del New Latino Boom, en este caso, mi colección de ensayo Nombrar el cuerpo, y las colecciones de mis compañeras de movimiento Keila Vall de la Ville (El día en que Corre Lola Corre dejó sin aire a Murakami), Pedro Medina León (Tour, una vuelta por la cultura popular de Miami) y Melanie Márquez-Adams (Querencia, Crónicas de una latinoamericana en USA).
Para Fortes González escribir en español supone un acto de resistencia. Y cito aquí: “Los autores inmigrantes que escriben en español se enfrentan así al dilema de situar su escritura dentro y fuera de los circuitos dominantes de producción artística. Como observa Cristina Rivera Garza, resulta más fructífero abordar ese dilema desde las prácticas discursivas del español dentro del contexto estadounidense que desde las políticas de identidad resultado de la inmigración (87). En este sentido, dice Rivera Garza, los autores migrantes latinoamericanos y sus obras conforman una suerte de epistemología ch’ixi: ‘una suerte de conciencia al borde o conciencia fronteriza… [una] zona de contacto que nos permite vivir al mismo tiempo adentro y afuera de la máquina capitalista, utlizar y al mismo tiempo demoler la razón instrumental que ha nacido de sus entrañas’ (87; énfasis mío)”.
Fortes González reconoce que “la experiencia migratoria está estrechamente ligada al cuerpo” y se centra en la experiencia del cuerpo migrado en Nombrar el cuerpo “a partir de la lengua”.
“La experiencia migratoria está estrechamente ligada al cuerpo. Literalmente, la migración supone el movimiento del cuerpo y su reposicionamiento en un nuevo espacio geográfico y cultural. En este “cuerpo migrado”, como lo describe la española María Mínguez Arias, se inscriben los significados y las experiencias del desarraigo. […] La obra de Mínguez Arias es una exploración sobre cómo habitar el cuerpo que lleva en sí las marcas de la historia y la inmigración, y donde los síntomas del (dis)locamiento se manifiestan en la enfermedad. Si la lengua es la manifestación de la corporalidad, como propone Keila Vall de la Ville, el español en Nombrar el cuerpo es el vehículo para este ejercicio íntimo y de reflexión que busca dar voz al cuerpo y entenderlo como un territorio donde se inscriben una multiplicidad de experiencias que dan sentido a la identiad”.
Portadas de las dos ediciones de Nombrar el cuerpo, donde, entre otros, nombro el “cuerpo migrado”
“El cuerpo de María Mínguez Arias, aunque marcado por un pasado español, es parte de y se identifica con el lugar en el que está, moviéndola a habitar ese espacio desde una posición doblemente periférica, inmigrante y queer, que se materializa a partir de la conciencia política”.
¡Le quedo muy agradecida a Mayra Fortes González por su artículo “Habitar el espacio: historias y crónicas del dislocamiento en el New Latino Boom” y su acercamiento a nuestros textos desde ese (dis)locamiento que es la migración! Aquí lo pongo a vuestra diposición con un escaneo muy DIY.
Queridísimas, ¡por fin me comprometo con la perioricidad! En PERMISO TO WRITE (mi nueva columna, cuaderno de viaje, cajón de sastre y brújula para navegantas) me comprometo a escribir amorosa y peligrosamente in English, en español y en espánglish. Si vas a PERMISO TO WRITE y escribes tu dirección de email recibirás mis textos directamente en tu inbox. As simple as that!
Espero con mucha ilusión que me acompañes en este viaje en el que, ahora más que nunca, nos necesitamos todas. Como siempre, mi plural femenino es inclusivo.
Y para muestra aquí podéis asomaros a las dos primeras entregas. ¡Seguimos!
“You need to understand, we have been on our own, depending on nothing but ourselves for generations. Pocket knifes don’t makes us lesbians, lo que nos hacen es autosuficientes”.
“No debemos desestimar el potencial traumático de lo que todo indica serán doce años de retórica MAGA incentivando la violencia verbal, legislativa, emocional y física contra nuestros cuerpos”.