RESEÑA La deconstrucción de María Mínguez Arias en Nombrar el cuerpo

“Vertí la tinta

sobre un cuerpo

para que lo leyeran

en estas páginas” (163).

Estos versos perfectos son los que condensan la esencia de la obra y los que me hacen prenderme de su columna. Mínguez Arias lleva a cabo una deconstrucción de sí misma y reconoce el sostén de su vida; al mismo tiempo, esa deconstrucción se transforma en el pilar de su libro

Hoy muero de felicidad, ¡qué bellísima radiografía de Nombrar el cuerpo (Editorial Egales/España; El BeiSmAn PrESs/USA; 2022) es esta reseña! Mi inmensa gratitud a la ocupadísima Naida Saavedra, editora de La Pilsen Review de la revista El BeiSmAn, por su tiempo, su lectura, su mirada y su pluma. ¡Pasar a leer aquí que es una delicia!

RESEÑA Agenda Feminista de la Universidad de León

Pues en el día del orgullo sale publicada la primera RESEÑA de Nombrar el cuerpo (Editorial Egales/España; El BeiSmAn PrESs/USA, 2022) de la pluma de Imelda Martín Junquera 🙏🏼 en La Agenda Feminista, la revista de estudios de las mujeres de la Universidad de León (España).

Aquí un par de párrafos de la interesantísima lectura que Imelda hace del libro. Le quedo inmensamente agradecida 💜

“Inspirada por el ejemplo de Anzaldúa en su lucha contra su mala salud, la autora se resiste a que el síncope vasovagal se haga dueño de su cuerpo y se reconcilia con las respuestas de éste que trunca sus aspiraciones en el balonmano. Posteriormente, identifica sus temblores con la falla de San Andrés situada precisamente en California donde vive y reconoce, también como Anzaldúa, a las mujeres de su vida, a sus comadres, no como sus pilares fundamentales, sino como sus catedrales. Presenta María en estas páginas la sororidad como sostén físico, emocional y psicológico llevada hasta las últimas consecuencias”.

“Concluye Nombrar el Cuerpo de forma poco convencional, entre un capítulo epistolar en el que nos sorprende una carta dirigida a sí misma por su propio cuerpo que sirve como reconciliación entre ambos, una colección de poesía que denomina “vertebral”, un recuento de parteaguas, metadata y un glosario antes del epílogo final que nos recuerda a sus lectores que no hay final en la pelea por la reconstrucción del equilibrio y la paz con nuestro cuerpo. Recurre María a la figura del nahual o tótem indígena para reivindicarse como loba a la manera de Clarissa Pinkola Estés en Mujeres que corren con los lobos, cuya influencia también se deja sentir en esta magistral combinación de experiencias, vivencias y géneros literarios que confluyen en un espacio de 180 páginas”.

La reseña completa puede leerse y descagarse aquí.