RESEÑA de Patricia sigue aquí en El Miami Review

Las reseñas no caen del cielo, por eso se publican con cuentagotas; sino que las producen mentes lectoras inquietas y curiosas como la de NATA NAPOLITANO que ha escrito una hermonísima y bien redonda reseña sobre mi novela. ¡Gracias, gracias, gracias a Napolitano y al Miami Review!

El duelo como epicentro: Patricia sigue aquí y la alquimia del dolor cotidiano

“Patricia sigue aquí, de María Mínguez Arias, es una novela sobre la orfandad amorosa… una novela necesaria y hermosa, que captura con delicadeza y claridad la devastación de una pérdida amorosa, la resiliencia cotidiana y la capacidad de los cuerpos y las palabras para seguir diciendo presente, incluso cuando todo parece haberse ido.”

La reseña completa puede leer AQUÍ

NOMBRAR EL CUERPO entre las recomendadas por Vanity Fair para el mes del Orgullo, y ¡con RESEÑA de Nando López!

Pues sí, estoy llorando. La inclusión para el mes del orgullo de Nombrar el cuerpo (Editorial Egales, 2022) en esta lista de títulos recomendados por Vanity Fair España no puede llegar más a tiemp0, ¡y con reseña del grandísimo escritor y activista Nando López! 

El nuevo régimen autócrata de Estados Unidos está eliminando nuestros derechos uno por uno, muy quirúrjicamente y a una velocidad de vértigo. Las personas queer cada vez estamos más desprotegidas (empezando por las personas trans y acabando con el matrimonio igualitario que ahora quieren eliminar igual que ya hicieron con el derecho al aborto). Pero no sólo están atentando contra lo queer, sino contra todo lo “diferente”, lo no blanco, lo no hetero y lo no patriarcal: lo “no normativo” bajo su horripilante sesgada mirada (inmigrantes con papeles o sin ellos, trabajadoras, estudiantes, la infancia racializada vuelve a estar desprotegida como vuelven a estarlo los cuerpos de las mujeres cis. Lo anuncian alto y claro: la reproducción es la función principal de la mujer, y por ello, también lo son el mantenimiento del hogar, incluida la estabilidad emocional del marido e hijos).

Podría seguir, pero hoy es el día del orgullo, y mi 27 aniversario con la mujer y pareja de mis sueños, con la que también soñé una familia que ahora tenemos. ¡Hoy voy a celebrarnos y a celebrar que nombré mi cuerpo para que no lo tuvieran que hacer otras en situaciones menos privilegiadas que la mía!

Gracias Nando López por el inmenso trabajo literario y de educación y visibilización que haces, ¡por tu compromiso con nuestro colectivo y nuestras letras!

¡A celebrar! ¡Porque nunca vamos a dejar de desearnos ni de querernos!

Su dominio de la palabra es tan deslumbrante como su capacidad para diseccionar miedos y esperanzas, así que la lectura de esta obra se convierte en un laberinto de espejos donde, en cada rincón, nos vemos también a nosotres.

ENCUENTRO con estudiantes de UNC Chapel Hill

Suerte la mía, el profesor Israel Perez Medina de la University of North Carolina en Chappel Hill me invitó a su clase “por zoom”. Los encuentros en las universidades son oxígeno puro para esta escritora. Las preguntas y comentarios siempre me dan que pensar y van añadiendo matices al pequeño gran caleidoscopio que es “Nombrar el cuerpo”.

Os dejo con las palabras de Israel Pérez Medina que me emocionaron: “María Mínguez Arias, mi descubrimiento literario del 2024, un referente en mi investigación con un libro maravilloso que he leído del derecho y del revés varias veces y que releo con frecuencia por todo lo que significa para este aprendiz a lector. Un libro donde su belleza radica en su espíritu híbrido que te permite conocer su historia desde diferentes primas y donde el todo es mucho mas que la suma de todas sus partes”.

Graciasss 🙏🏼🥹🔥

El método de revisión que me sacó del aprieto

Esquema de Patricia sigue aquí

Desonfío de los manuales de escritura que garantizan resultados inmediatos como si en la narración escrita 2 + 2 siempre fueran 4, pero era la primavera del 2016 y yo acababa de regresar del Festival Internacional de Escritores de San Miguel de Allende en México (¡mi primera conferencia literaria!) donde había paseado mi recién acabado manuscrito de Patricia sigue aquí; un manuscrito que todavía no había logrado pulir del todo.

Lo había trabajado durante unos cuatro años, primero en el marco de los Talleres de Escritura Creativa Fuentetaja bajo la tutela de la escritora y profesora Leonor Sánchez Martín –a la que tanto le debo– y más tarde a solas en mil lugares porque maternar y escribir significan no escribir nunca en el mismo lugar ni a la misma hora. Al terminar el manuscrito se lo había enviado de vuelta a Leo para que me diera su opinón porque a estas alturas nadie conocía las entrañas de esta novela mejor que ella. El informe de lectura que redactó me reveló que había un par de hilos narrativos demasiado distendidos, es decir: que había hilos cuya tensión narrativa había que ajustar.

Con esa idea me había ido yo a México, con esa idea y con la sensación de que, aunque Leo me había dicho que eso se solucionaba con unos cuantos retoques, yo no sabía muy bien por dónde empezar. La tarea, en principio tan sencilla, me tenía superada. Hasta que una tarde me crucé con una escritora y periodista a la que acababa de conocer en la fiesta de inaugurción del Festival, ella venía de un taller en el que habían explorado el tema de la armadura de los textos, de las lagunas, de la tensión literaria… y se había mencionado el método de Book Architecture. ¡Me entusiasmé!

Book Architecture de Stuart Horwitz propone el método de trabajo frente a la fórmula simplista

El único problema era que se acercaban las vacaciones de semana santa. No teníamos previsto ir a ninguna parte: mi pareja trabajaría casi todo el tiempo y yo me quedaría en casa con los peques, lo que por aquí se conoce como una “staycation”. La idea de no poder hincarle el diente al método de Horwitz y a mi manuscrito hasta que mis hijes regresaran al colegio me tenía loca. ¡La curiosidad escritural me estaba matando! Así que me compré el libro y me lo leí del tirón antes de las vacaciones. Después, sabiendo que mi dedicación a este método solo podría ser a trompicones durante esa semana y media, pegué un montón de folios con celo y los colgué de la pared del salón como si fueran un lienzo gigante en blanco. Coloqué una silla delante y puse encima mi manuscrito, el libro de Horwitz todo subrayado, un lápiz, una goma de borrar y una regla; y a cada ratito que tuve me senté delante del lienzo en blanco a reproducir el esquema (la “expanded series grid”) de mi manuscrito.

Los huecos en los que insertar esos pequeños detalles de los que hablaba Leo, que si recuerdo bien resultaron ser tres escenas de media página cada una, fueron apareciendo con una claridad tan absoluta que se me pusieron los pelos de punta. El esquema me permitió además identificar lo que Horwitz llama las key scenes, ¡esas escenas en las que de repente todo cobra sentido para la lectora!, terminar de apuntalar mis hilos: esas series de elementos narrativos cuya repetición ayuda a la lectora a seguir la historia que con el paso de los capítulos se va tornando compleja sin llegar a perderse, mientras se mantiene la tensión y el sentido de anticipación.

El método de Book Architecture me proporcionó uno de los momentazos más gratificantes de mi trabajo como escritora y me ayudó a pulir de una vez por todas el manuscrito que publicaría la Editorial Egales dos años más tarde. ¡Momentazo total!