También conocidas como las dos ediciones de Nombrar el cuerpo, llegan al mundo en continentes distintos y con apenas unos días de diferencia. La primera nació el 20 de agosto en Chicago de la mano de El BeiSmAn PrESs y la editora Maya Piña, la segunda nace esta semana en Madrid de la mano de la Editorial Egales y las editoras Helle Bruun, Connie Dagas y Mili Hernández.
La idea de la doble publicación surgió de la imposibilidad de estar en dos lugares a la vez tras haber escrito un texto que, a pesar de su carácter personal e intimista, siempre tuvo ambición de colectivo. Se trató pues de llegar a la mayor cantidad de gente posible y de publicar arropada, no solo por mi comunidad LGBTQ+ y de lector@s de España, sino también por mi nueva comunidad de las letras en español de aquí, Estados Unidos.
El proceso ha sido mucho más complejo e interesante de lo que pensaba, y va más allá de las obvias diferencias entre las portadas y los prólogos de esas dos grandes escritoras, Anjanette Delgado y Sandra Lorenzano. Cada editorial trató de reflejar su visión del texto, de manera que l@s lectoras interesad@s encontrán pequeñas diferencias entre estas dos ediciones. Resulta interesante ver como Egales recalca la colectividad del texto cuando la prologuista hace incapié en su intimismo, y como El BeiSmAn PrESs resalta su intimismo cuando la prologuista acentúa lo colectivo. Nombrar el cuerpo fue concebido para eludir todo tipo de encasillamiento y estas ediciones son dos ejemplos de sus múltiples textualidades y lecturas.
Así que hoy no me queda más que celebrar la llegada de las mellizas y agradecer el apoyo incondicional de las dos casas editoriales cuando el manuscrito no era más que quince páginas y una propuesta de nombrar el cuerpo a partir de #50etiquetas.
